
ORA ET LABORA
Oración
La oración ocupa un lugar privilegiado en nuestra vida. Nuestro fundador S. Benito nos dice en la Regla: “Creemos que Dios está presente en todas partes… pero sobre todo debemos creerlo sin la menor vacilación cuando asistimos al oficio divino” (RB 19,1-2). Esta convicción, y la invitación del Señor a “orar siempre y sin desfallecer”, marcan el ritmo de plegaria y alabanza en la comunidad monástica. Junto al esfuerzo por orar continuamente y transcurrir toda la jornada en presencia de Dios, tienen importancia fundamental los diversos momentos de la oración litúrgica-comunitaria y la Eucaristía que es, sin duda, el centro de la jornada.
El monasterio como parte de la Iglesia Local, se une a la Iglesia Universal de una manera especial con su Oración en común. Dios ha elegido obrar en la historia y es por eso que los monjes consagran el tiempo que han recibido como don. En el ritmo y el flujo de cada día el monje escucha, con sus hermanos, la llamada de Dios que los invita a la conversión y a la intimidad que son oportunidades de constante formación. Por ello la Regla de San Benito insiste en que «nada se anteponga a la obra de Dios» (RB. 43,3).
Los momentos en que el Monasterio Benedictino de Tibatí celebra la liturgia de las horas en común son:
Laudes (Oración de la mañana)
Hora Media (Oración del medio día)
Vísperas (Oración vespertina)
